miércoles, 3 de agosto de 2011

¿Canciones?... ¡Regalos!

Foto: Mía

¡Manos arriba! ¡Muevan las muñecas! ¡Salten! Empieza el concierto de Bon Jovi en San Sebastián. “Raise Your Hands” comenzó a sonar el pasado viernes 29, a las 10 de la noche tras una intro de casi dos minutos con imágenes en la pantalla gigante y en forma de semicírculo que ocupaba todo el escenario. 750.000 píxeles, para que todas las personas que estaban en Anoeta no se perdieran detalle del espectáculo; y un estadio entero entregado a un grupo que no venía a esta ciudad desde el 93. Tras un breve saludo, y preguntar en varias ocasiones si la gente estaba con él, requirió colaboración. Un “A Bad Name” gritado por el público terminó su frase “Shot through the Heart and you’re the blame. You Give Love…”. Típica en un concierto de esta banda, pero imposible no saltarla, no bailarla y no cantarla. Sobre todo al final, porque fueron los casi 40.000 asistentes quienes se encargaron de corear la última estrofa “a capella”.

Estos dos temas podían hacer pensar que iba a ser una noche sin muchas sorpresas, a pesar de las expectativas después del fantástico concierto que habían dado hacía dos días en Barcelona. Pero sí que las hubo, y más de una.



Primer regalo de la noche: "Wild In The Streets". Tema que cierra el Slippery When Wet y que, al menos por estos lares, no estaba incluida en el repertorio en directo de esta bada desde hacía muchos años. Fue la tercera canción que se pudo escuchar en el estadio del equipo txuri-urdin. Destacando el teclado de David Bryan que recordaba el sonido ochentero que encumbró a la cima a este grupo, el público se animó aún más: más manos en alto por cada “Wild”, más bailes, y más saltos que sin descanso se juntaron con los que requiere el empiece de “Born To Be My Baby”. En ésta se pudo observar que Richie Sambora estaba recuperado por completo y lo demostró con un estupendo solo de guitarra.

Después de alargar los “nanananananana” del final, y que fueron cantados sin queja por el público, Jon se enfundó su Takamine negra y la última nota de este tema se juntó con la primera del siguiente: “We Weren’t Born To Follow”. De los 80 al 2010 en un solo segundo y la reacción de los asistentes fue la misma: Entusiamo, entrega y diversión. “It’s My Life" recogió el testigo. Como era de esperar, los asistentes seguían volcándose y la cantaron de principio a fin.

Silencio. Comienza a sonar solamente el techado de David Bryan. Era el turno de “In These Arms”, que también tenía sorpresa incluida. El teclista no sólo estuvo al mando del teclado, sino que además cantó la segunda estrofa de la canción. No siempre lo hace, aunque es coautor de la letra junto a Jon Bon Jovi y Richie Sambora. Pero en esta ocasión se pudo comprobar que además de ser el responsable de los teclados de la banda, es un muy buen vocalista. No pude evitarlo. A pesar de no haber dejado de brincar con las anteriores seis canciones no pude parar de seguir haciéndolo. Por la emoción de escuchar mi canción favorita, y porque es una canción estupenda que no sólo me hizo brincar y cantar a mi. Contagió al resto de asistentes y, además, dio paso a “I’d Die For You”. Un regreso al Slippery When Wet y un regalo por no ser habitual en los conciertos.

Siguieron las sorpresas con "Summertime", se volvió a un clásico en los últimos conciertos como es "Captain Crash And The Beauty Queen From Mars", y continuaron con "Bad Medicine". Viene siendo habitual que cuando la banda interpreta este clásico del álbum New Jersey intercale una, dos, o tres canciones, y en San Sebastián, después de un espléndido solo de Richie Sambora que consiguió quitarle protagonismo a Jon, porque todo el estadio coreó varias veces el nombre del guitarrista, se pudieron escuchar dos covers de otros intérpretes.

Jon solicitó la presencia de Bobby Bandiera. Así que, el guitarrista abandonó su lugar en la parte de atrás del escenario y se acercó hasta donde estaba el vocalista del grupo. Jon se le puso al lado y después de hablar con Bandiera mientras ponía ojitos a las fans de la zona “Diamod” (las entradas más caras del estadio) se dirigió hacia Sambora. Y de esta forma, los dos guitarristas comenzaron a tocar “Hot Leg” de Rod Stewart. La fiesta continuaba y Jon solicitó otra canción que la animara. La banda comenzó a interpretar “Old Time Rock & Roll” de Bob Seger. Palmas en alto hasta el fin de la canción, pero tras una serie de baquetazos a la batería de Tico Torres se retomó ese Bad Medicine que había quedado a medias.



Jon dejó atrás el escenario y comenzó a pasear por la pasarela que separaba a los fans de la zona “Diamond” de los de la zona “Golden” (entrada de precio intermedio). Con la guitarra colgada, comenzó a cantar “When We Were Beautiful” en acústico en mitad de la pasarela, continuó con un inesperado "Living In Sin" y terminó con la compañía de Richie Sambora, interpretando a dúo "I’ll Be There For You". Este último tema fue finalizado en el escenario

Después de la tranquilidad relativa que produjeron tres canciones en acústico, pero con la emoción en el cuerpo tras de haber escuchado un tema que muy pocas veces es posible escucharlo en directo, y otro que o canta uno o canta otro, pero no lo suelen hacer los dos, dieron paso a una canción que es muy recurrente en los últimos conciertos, "Who Says You Can’t Go Home" y que anima mucho a los asistentes, sobre todo si éstos pertenecen a últimas generaciones. Con "Thorn In My Side" cumplió con las personas a las que les ha gustado su último disco.

Sin embargo, la siguiente canción formaba parte de las que no se esperaba nadie en Anoeta. Una intro a guitarra de Richie Sambora se encargó de presentar un "Wild Is The Wind" con el que se ganó a todos aquellos fans que se quedaron recalados en el disco New Jersey.



Como se puede observar, no sólo saltaba la gente; también lo hacían las diferentes etapas musicales por las que ha pasado la banda. Con “Have a Nice Day” volvió a llamar la atención de seguidores reclutados en el 2000 y con las maracas en la mano anunció que era el turno de “Keep the Faith”, de los 90 y un tema que, sin duda, es el punto de inflexión en la historia musical de este grupo.

Fin del concierto. Al menos eso parecía, porque los seis componentes actuales se despidieron dando las gracias y abandonaron el escenario.

Pero no era el final, no. La gente no quería irse, y pidió más a pesar de que el escenario se había quedado vacío. Salieron de nuevo. Y lo hicieron a lo grande teniendo en cuenta una petición muy especial. Una canción que se había pedido en más de una ocasión desde la gira del These Days y no se solía escuchar a menudo. Jon la anunció y comenzaron a sonar los primeros acordes de “This Ain’t A Love Song”.



Después de esta preciosa balada, otra balada pero no de amor. Como suele ser habitual en esta canción, el público de adelantó a cantar “Wanted Dead Or Alive”, por lo que se pudo escuchar el empiece dos veces. Los cerca de 40.000 asistentes cantaron la primera estrofa y el primer estribillo, Richie Sambora le dio su toque blusero al cantar la segunda estrofa de la canción y Jon la terminó sin poder evitar que el público dejase de entonarla en todo momento.

“Livin’ On a Prayer”, aunque no fuera una sorpresa, no podía faltar en esta noche. Durante el estribillo, la megapantalla semicircular ofrecía imágenes de fans que se habían grabado en sus casas interpretando esta canción. Y los que veían el concierto en el estadio no podían dejar de saltar y dejarse la garganta cantando este himno de la banda. Terminando la canción, pero aún con música, Jon volvió a dar las gracias y aprovechó para presentar a la banda: Bobby Bandiera (guitarra), David Bryan (teclados), Tico Torres (batería), Hugh MacDonad (bajo) y Richie Sambora (guitarra principal).

El grupo al completo dejó sus puestos y se acercaron a la parte delantera del escenario a saludar y despedirse, pero comenzaron los “otra, otra” y los “oe, oe” a corearse cada vez más rápidos y cada vez con más insistencia. Estaba claro que en Anoeta la gente no quería que se fueran. Y a pesar de que en las pantallas se podía apreciar el cansancio de la banda, se rindieron a su público y volvieron a la carga. “These Days” fue la siguiente sorpresa de la noche. Jon Bon Jovi cantó gran parte de la canción sentado en el bordillo del escenario y regalando a los seguidores una canción que se podía leer en muchas de las pancartas que solicitaban canciones puntuales, temas poco usuales en los últimos años. Tras ella regaló un fragmento de Romeo and Juliet de Dire Strait y, al finalizar, con un movimiento de brazo hacia atrás dio paso a que la batería de Tico Torres comenzara a tocar “Always”. Otra solicitud.

Nuevo intento de terminar el concierto y otra vez que no se les dejó. Su respuesta, “I Love This Town” y una última canción. Esta vez sí que sí. “Twist And Shout” de The Beatles cerró el concierto. Un concierto en el que Jon afirmó estar agotado pero, que a pesar de ello, puedo dar fe de que no fue el único que se dejó la piel en Donosti. Todo el estadio Anoeta brincó, cantó, se animó y, lo que es mejor, ellos lo percibieron. “You twist, you shout! We’ll be back”, sentenció el vocalista.



El escenario se quedó vacío. Las luces se encendieron. Esta vez no saldrían más, pero no importó. Una noche con tantos regalos preparados y otros tantos improvisados como fue el caso de las cinco últimas canciones del concierto, será muy difícil de olvidar.

lunes, 1 de agosto de 2011