Siempre había
querido encontrarme un trébol de cuatro hojas, sobre todo, por la
creencia de que dan buena suerte. Y nunca había visto uno... hasta
hoy. Bueno, para ser sincera, me lo han regalado. Quién sabe, tal
vez mi suerte esté empezando a cambiar... Pero, de momento me quedo
con la ilusión que me ha hecho, y con pequeños acontecimientos que han
sucedido recientemente que me dicen que hago bien en no desistir. Y, de paso, como dice Paolo Nutini en esta canción, nos ponemos zapatos nuevos y seguimos caminando.