Con toda la que está cayendo, a veces cuesta ser optimista. Pero tengo comprobado que los miedos son malos consejeros, porque por desgracia suelen cumplirse. Así que… A modo de reto, y a pesar de la crisis, he decidido echarle un pulso a la situación y tomarle prestada la actitud a un buen amigo que me suele decir, “cuesta lo mismo ser optimista que pesimista”.
Tal vez no actualice tanto lo que quisera, pido disculpas por ello. Va por rachas, supongo. Esta vez la motivación para un post ha sido una canción. Últimamente son las que consiguen sacarme de mi ausencia bloguera, las que me animan a escribir. Algo que antes hacía con bastante más frecuencia. No sé si la tardanza entre entrada y entrada pueda deberse a una falta de “creatividad”. Pero si fuera eso, me alegra comprobar que no está perdida del todo, o al menos, que mis ganas de escribir no han desaparecido.
A veces la canción elegida me inspira una reflexión, una idea, o un microrelato; otras veces es una frase lo que se me ocurre, y otras, tan sólo, una simple palabra. Una palabra que por muy pequeña que sea, su significado puede ser enorme. Esta canción de Maldita Nerea me transmite alegría, gratitud, y Suerte. Algo que a veces parece estar escondido entre tanta crisis, está ahí. A la luz. En las pequeñas cosas, en la familia, en los amigos, en los que nos escuchan, en los que nos animan… En los que están. Gracias.
El mundo genial de las cosas que dices – Maldita Nerea
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